Reconocimiento de trastornos de la alimentación y el metabolismo
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El balance energético atiende a las leyes de la termodinámica y se
expresa según la ecuación:
Las necesidades
energéticas se definen
como la cantidad de
energía necesaria
para mantener la
salud el crecimiento y
un nivel apropiado de
actividad física.
Un desequilibrio
crónico entre las
calorías ingeridas y
la energía conduce a
alteraciones del tejido
adiposo corporal.
Balance energético = energía ingerida – gasto energético
En situaciones de equilibrio, el ajuste entre la energía ingerida con los
alimentos y el consumo calórico diario tiene lugar a través de meca-
nismos homeostáticos, que controlan con gran precisión el apetito y
el gasto energético, evitando grandes fluctuaciones en el peso y adi-
posidad corporal a lo largo del tiempo y, por lo tanto, la desnutrición y
la obesidad.
El
cálculo de las necesidades totales
de energía incluye el consumo
destinado al metabolismo basal, la actividad física y la acción termogé-
nica de los alimentos.
Existen diferentes tablas de recomendaciones energéticas estableci-
das por distintas instituciones según la actividad desarrollada, la edad,
el sexo, la situación fisiopatológica (embarazo o lactancia), etc., o por
medio de nomogramas.
Un desequilibrio crónico entre las calorías ingeridas y la energía conduce
a alteraciones del tejido adiposo corporal.
1.9.4.
Ingesta calórica
La regulación de la ingesta calórica parece ser un importante determi-
nante del mantenimiento de equilibrio energético en personas jóvenes
de peso corporal normal.
La ingesta alimentaria es, en parte, un acto voluntario regulado por la
corteza cerebral, sometidos a influencias sociales, culturales y genéticas.
El complejo mecanismo de regulación de la ingesta calórica incluye
impulsos, tanto negativos como positivos: la distensión gástrica e intes-
tinal, los efectos de los nutrientes y sus reservas, las señales produ-
cidas en el metabolismo hepático, las producidas por los péptidos y
hormonas liberados en el tracto gastrointestinal o en el cerebro.
Al cerebro llegan señales o estímulos nerviosos, y señales hormonales
que se traducen, a su vez, en la liberación de péptidos que afectan el