Fisiopatología General - page 235

Reconocimiento de las manifestaciones de enfermedades
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Con la finalidad de que la sangre en el interior del corazón no vaya a
retroceder, entre aurículas y ventrículos existen unas
válvulas,
ya des-
critas. Cuando los ventrículos están llenos, justo antes de contraerse,
se cierran dichas válvulas, lo que impide la vuelta de sangre a aurículas.
Debido a la contracción de las células musculares del ventrículo, se
produce un aumento de presión dentro de los mismos, que producirá
que se abran las válvulas siguientes (aórtica y pulmonar) permitiendo
el paso de sangre hacia la arteria aorta (desde el ventrículo izquierdo) y
la arteria pulmonar (desde el ventrículo derecho).
Esta sangre avanza como una ola, con una
embolada inicial
que trans-
mite su presión a las paredes de las arterias (presión sistólica o presión
máxima) seguida de un flujo continuo, mantenido, que ejerce una pre-
sión menor (presión diastólica o presión mínima). En estas presiones,
además del flujo sanguíneo, también actúa la elasticidad de las arterias
de grueso y mediano calibre.
Una vez alcanzadas las células e iniciado el regreso hacia el corazón,
las venas no tienen la presión, elasticidad ni capas musculares que las
arterias, debiéndose su flujo a la contracción de los músculos que
las rodeas y gracias a unas válvulas que poseen en su interior se evita
que la sangre circule hacia atrás.
Como comentamos anteriormente, del ventrículo derecho salen las
arterias pulmonares las cuales ingresan en los pulmones y se van divi-
diendo acompañando a los bronquiolos, originándose desde arterias
bronquiales hasta capilares alveolares (íntimo contacto con alveolos),
donde recogen oxígeno y eliminan carbónico, regresando hacia la aurí-
cula izquierda como venas pulmonares.
Tanto la cantidad de sangre que se bombea por minuto, como la pre-
sión que se produce en el interior de los vasos vienen autorreguladas
por el propio organismo mediante la existencia de diferentes tipos de
receptores repartidos por el organismo.
2.3.
Síntomas y signos
2.3.1.
Trastornos de la frecuencia cardiaca
Como hemos comentado, la frecuencia cardiaca normal es de entre 60
y 100 latidos por minuto.
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Taquicardia:
se trata de una frecuencia más rápida de lo normal,
superando los 100 latidos por minuto. Puede deberse a un origen
fisiológico, es decir, como respuesta normal a situaciones de estrés
como puede ser dolor, fiebre, esfuerzo, etc.
RECUERDA QUE
La frecuencia cardiaca
normal es de 60
a 100 latidos por
minuto. Se habla de
taquicardia cuando
supera los 100 latidos/
min; y bradicardia
cuando es menor a
60 latidos/min.
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