Reconocimiento de los trastornos del sistema inmunitario
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namientos como la mordedura de ciertas serpientes y como medida
preventiva en hipogammaglobulinemias.
La
transferencia pasiva
de la inmunidad mediada por células se pue
de realizar también en ciertas enfermedades (cáncer, inmunodeficien
cia). Sin embargo, es difícil encontrar donantes histocompatibles (empa
rejados) y existe un riesgo grave de enfermedad injerto contra huésped.
Producen una inmunidad a corto plazo pero no provocan memoria inmu
nológica.
Tienen el riesgo de producir fenómenos de
hipersensibilidad
o
enfer-
medad del suero
(especialmente las inmunoglobulinas no humanas).
Pueden administrarse de varias formas:
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Como un plasma sanguíneo humano o animal.
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Inmunoglobulina humana de banco para uso intravenoso o intra
muscular.
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En forma de anticuerpos monoclonales. Los anticuerpos monoclona
les son inmunoglobulinas homogéneas secretadas por un solo clon
celular (células B y plasmáticas) en las que todas sus reacciones con
un Ag definido son siempre las mismas.
Existen dos tipos de sueros:
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Sueros homólogos:
son sueros obtenidos de humanos que poseen
anticuerpos para un determinado antígeno.
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Sueros heterólogos:
proceden de otras especies pero contienen
anticuerpos para patógenos humanos. De esta manera se obtienen,
por ejemplo, las antitoxinas, que son sueros frente al veneno de las
serpientes, escorpiones, arañas, etc.
5.5.
Serovacunación
Este procedimiento combina la administración del suero preciso con la
vacunación. El suero contiene anticuerpos que actúan en los primeros
momentos de urgencia y, posteriormente, se desencadena la inmu
nidad activa producida por la vacuna. Se emplea, por ejemplo, en el
tratamiento del tétanos, del botulismo y de la rabia.